TRAS LA PISTA

Espero que quede en plan gracioso porque sino más de uno va a poner pies en polvorosa y no va a volver a pisar este blog...
A ver, es que llevo unos meses fijándome en un conductor de autobús.
Empecé a fijarme en él hará....10 meses o así por su manera de conducir.. era como si nos agitara dentro de una coctelera, había gente que se quejaba y es cierto que tenía un modo de conducir bastante violento. Eso hacía que te fijaras en él aunque solo fuera para cagart... en fin.
Desde ese momento empecé a fijarme más en él. Qué música oía, qué turnos hacía, que líneas llevaba.. y cuando me llevaba él me sentaba cerca del retrovisor para poder escrutarle con detenimiento y fijarme en sus gestos, su modo de coger el volante.. en fin, todo lo que podía.
Llegó un momento en que empecé a plantearme qué hacía que tuviera yo tanto interés en aquel conductor, porque no es especialmente guapo, ni majo, ni nada de nada, pero he dejado de plantearmelo y he asumido mi obsesión tal cual, porque no lo sé.
Cuando empecé a observarle en plan policiaco averiguando sus horarios, dónde descansaba, qué turnos tenía, etc, me empecé a sentir un poco como una intrépida detective que persigue a alguien de quien sospecha que.... el caso es que yo no sospecho nada de él.
Ahora me he planteado dar el siguiente paso y empezar a seguirle a ver a dónde va y qué hace, pero lo de seguir a una persona porque sí, sin motivo ninguno y después de casi un año de comportamiento obsesivo hacia ella pues no se, me hace dudar de mi salud mental un poco.
Al final no se qué haré.