martes, 8 de febrero de 2011

SOBRE LA CULPA

martes, 8 de febrero de 2011
Días atrás hice un listado de cosas sobre las que pretendía trabajar más intensamente durante este año, y una de ellas era el tema de " aprender a vivir con la culpabilidad ".
Como tampoco lo expliqué nadie lo entendió y hubo una serie de comentarios en varios posts haciendo referencia a este tema diciéndome que no había por qué vivir con culpa, que eso era un pensamiento muy judeocristiano, etc...
Yo opinaba lo mismo hasta hace relativamente poco tiempo, pero en mi caso era porque nunca había reflexionado con calma sobre el tema, no me había dado cuenta de que hay tipos y tipos de culpa.

Me dijo mi psicóloga hace miles de años que " hasta que no consiguiera aprender a vivir con cierta dosis de culpa, no iba a ser capaz de coger las riendas de mi vida " y llevarla por donde yo quisiera. En ese momento no sólo no lo entendí, sino que además me mostré bastante en desacuerdo. Ahora, después de darle muchas vueltas, lo veo de un modo muy diferente.

En mi vida, me he visto muchas veces limitada por la culpa. Es un sentimiento del cual huyo siempre, cueste lo que cueste, porque me genera tal dosis de incomodidad que me anula, no me deja vivir. Normalmente, cuando tengo que tomar una decisión, por lo que me guío es por la culpa, siempre hago lo que menos culpa vaya a generarme. Así quedo muchas veces de buena persona y de solidaria, cuando lo que soy es tan egoísta que no soy capaz de hacer otra cosa.
Ejemplos, para que se entienda lo que digo:

1 - Vamos por ahí en coche y nos encontramos un perro abandonado.
Si no podemos parar a recogerlo ( porque no siempre se puede, sobre todo en según qué carreteras, o en según qué sitios ), yo asumo que todo lo malo que le ocurra a ese perro es culpa mía por no haberle ayudado. Todas las cosas malas que pueda imaginar, todo el frío o calor que pasará, el hambre, el miedo, todo será por mi culpa, por no haberlo recogido. Con tal de evitar estos pensamientos, estos sentimientos que me dejan durante días...completamente machacada, soy capaz de hacer a David parar en una carretera de mala muerte y ponernos el peligro los dos, o si no puedo ir yo a buscarlo, hacer que vaya él aunque esté cansado, o tenga sus cosas que hacer. Osea, antepongo mi tranquilidad personal a la de otros si es necesario. Esto también me hace sentir mal, pero mucho menos. No ser capaz de asumir esa culpa, de entender que no soy la culpable de que todos los perros abandonados del mundo sufran, me ha hecho mucho daño.

2 - Quiero hacer algo en mi vida, que sé que va a hacer daño a otra persona.
Por ejemplo, irme a vivir a otra ciudad. Sé que si me voy a vivir a otra ciudad o país, mis padres van a sufrir mucho. Lo sé porque ya ha pasado antes, lo sé porque ví a mi madre hecha polvo durante meses por haberme marchado lejos de casa. Durante mucho tiempo, he postergado la decisión de volver a marcharme porque la culpa que me produce es tan grande que no he tenido la fuerza para afrontarla. Asumir esa culpa, tomar la decisión de marcharme porque es lo que quiero hacer con mi vida aunque sepa que en parte hago daño a una persona a la que quiero, es una cosa que no he sido capaz de hacer. Con ello me he hecho daño a mi, por no poder hacer aquello que quería. No ser capaz de vivir con esa culpa me ha perjudicado clarísimamente.

3 - Decir que no a alguien.
Éste es un clásico. Hacer todo tipo de cosas que no quiero hacer, sólo por no tener que soportar la culpa de no haberlo hecho y de haber perjudicado o defraudado a otra persona. Poner siempre a todo el mundo por delante de mi, es otro bonito ejemplo de cómo no ser capaz de vivir con la culpa me ha perjudicado.

4 - Adquirir alguna cosa que no quiero o no necesito.
Y hacerlo simplemente porque me da pena la persona que lo vende. Preferir quedarme sin dinero o renunciar a otra cosa, que sentirme culpable por no haberle comprado a esa persona.


Son simples ejemplos, y algunos no muy buenos, de cómo hay montones de comportamientos en mi que me acaban resultando perjudiciales a la larga porque soy incapaz de interiorizar que:

Yo no tengo la responsabilidad última de que las cosas malas pasen. (Pensamiento claramente narcisista además, todo hay que decirlo)

Sentir esas pequeñas dosis de culpa y poder vivir con ellas es una de las cosas que nos dan la fortaleza y la madurez para poder vivir la vida teniendo el control de la misma.

No se trata de eludir la culpa ni de evitar la responsabilidad de nuestras acciones pensando que no es nuestra culpa porque eso no es cierto. Muchas veces tendremos la culpa o seremos la causa por la que la gente sufra..... pero la vida es así, y entenderlo y asumirlo es muy importante para no autolimitarnos o vivir en una mentira cómoda para siempre.

12 comentarios:

Ħαррy єyєs dijo...

me gusta mucho esta entrada

JOAKO dijo...

Lo que tu no soportas es el mundo, este mundo en el que casi todo escapa a nuestro control. me has recordado una cosa que yo hacía y que me costo muchos años corregir, y aún no he corregido del todo, yo mentía, prefería mentir a decir la verdad por controlar mi entorno, incluso mentía en ocasiones en las que era casi indiferente decir la verdad, pero si tan solo sospechaba que el hecho de decir la verdad iba a generar más explicaciones que mentir, pues mentía. Al final comencé a no distinguir del todo bien que era cierto y que no, se volvió una herramienta fenomenal para creer que tenía el control, casi podría poner ejemplos análogos a los que tu has puesto, narcisismo incluido. Al final, con ayuda, conseguí ir superando esa barrera autoimpuesta y el resultado merece la pena, puesto que terminas por asumirte tal como eres, a base de dejar de lado "las muletas" en las que te has apoyado. Como bien dices hay que vivir con un poco de culpa, o de mentira en mi caso, pero asumiendola y sabiendo controlara, porque si no al final los que te rodean terminan cansados de uno.
Besos, y que sepas que tan solo el formularlo es ya un gran avance.

Raúl dijo...

Lo que cuentas tiene mucho sentido, pero es que (¡vaya casualidad!) lo he dado hoy en una clase de psicología. Una de las cosas que todos tenemos que trabajarnos es el enfrentamiento con las propias vivencias. Tú lo has explicado muy bien. La profesora puso el ejemplo de un hijo que le dice a su madre que va a hacer algo - aunque sabe que a la madre no le va a gustar - y le dice: ''Mamá, no te disgustes.'' Y la madre le contesta: ''Hazlo si quieres, pero que sepas que me disgusta.'' El hijo no solo quiere hacer lo que va a hacer, sino además quiere que nada se altere a su alrededor por esa decisión suya, que su madre lo acepte, y eso es imposible.

Otro ejemplo (éste real): Una amante rompe un matrimonio al liarse con el marido, que se enamora de ella también. La amante intenta autoconvencerse de que la situación actual es la mejor vista desde todos los puntos de vista: 'total... estaban mal en su relación, estancados... él está mejor sin ella, ella mejor sin él..' En lugar de aceptar que ha jodido a la ex-mujer, que ha roto el matrimonio, es lo que hay.

El mundo sigue, no podemos controlarlo todo, y desde luego somos culpables de pequeñas cosas debidas a nuestras continuas elecciones.

Para sumar casualidades, hoy he tenido que elegir entre dos cosas: ir a una clase a última hora (fastidiaba a mi grupo si dejaba de ir) o ir a el funeral del padre de un amigo. He ido al funeral. He fastidiado a mi grupo. Era inevitable, no pasa nada, vi que de los dos posibles males (dejar de ir al funeral del padre de mi amigo o abandonar a mi grupo en un trabajo de clase) era el menor.

Otras veces no hay elección posible, y las cosas ocurren aún con menos decisión por nuestra parte. Pero sea como sea, no podemos escurrir siempre el bulto, intentar ser autónomos implica todo eso.

Perdona la extensión del comentario, es que he alucinado con la casualidad. En realidad leí tu post justo antes de ir a clase, y en clase me acordé de él. Muy bueno.

Irreverens dijo...

Te has explicado perfectamente, Wen.
:)

De todos modos, yo (que soy terca como una mula) insisto en describir todo eso como "ser responsable".
Ser "responsable" significa "ser capaz de responder de los propios actos y decisiones"... tengan estos consecuencias positivas, neutras o negativas.

Lo de los perros es un sentimiento de empatía y pena tan fuerte, que te hace sentir mal. Pero culpable es quien los abandonó, si acaso. No tú.

Lo de tu madre es algo que yo también he vivido pero en su día decidí que me iba a vivir a Inglaterra con 19 años porque entendí que también mi madre había tomado sus propias decisiones a lo largo de su vida. Y que, en realidad, si ella sufría era algo que ella misma debía gestionar.
A la larga, el verme feliz y contenta con mi vida le hizo olvidar su "mal rollo" y ella misma se volcó más en enriquecer su vida.

El decir "no" es de lo más jodido. Precisamente, tú misma comentaste en mi blog aquella vez que yo decía sentirme mal por decir no a un cliente... Y si no recuerdo mal, me expusiste muy claramente que yo no debía sentirme mal por eso y que a los clientes hay que educarlos.

Pues eso. Que empatizo totalmente con tu malestar en todos estos casos que expones, pero prefiero recalcar más el sentido de responsabilidad que el de la culpa. Me parece más sano, mentalmente hablando.

Wen dijo...

Happy eyes, Me alegro mucho, gracias :)

Joako, mentir es superior a mis fuerzas...me resulta de un trabajoso y me supone un estres... que intento evitar siempre. Prácticamente nunca miento, a nadie. una época de mi vida me vi obligada a mentir un montón.. y la recuerdo con horror... a mechones se me caía el pelo...

Wen dijo...

Raúl, es que es un tema jodido sí. Se dice fácil, pero a la hora de ponerse a ello...

Wen dijo...

Irre, pues no sé, a mi la responsabilidad y la culpabilidad no me parecen lo mismo. la responsabilidad no me desgasta tanto como la culpabilidad.
Y ya sé que no es todo culpa mía, por eso decía que son pensamientos muy narcisistas.

Javier Portales dijo...

La verdad es que tenía razón tu psicóloga, si no se aprende a vivir siendo conscientes de que siempre tenemos algo de culpa no se puede vivir.

Es como sentir culpa cuando no das limosna a un pobre o cuando sientes culpa cuando compras unas zapatillas que sabes que han sido hechas por niños o que tú trabajas mientras otra gente está en el paro y así sucesivamente. Si no aprendiéramos a vivir con ello no podríamos ni salir de casa.

Perfida Canalla dijo...

Es un gran reto...animo...al final todo es cuestion de voluntad y sentido comun...y la culpa es la culpa...
Por cierto soy Perfida
Un saludo coleguita

Pepa dijo...

Debo de ser muy lista, porque lo entendí desde la primera frase: a veces, hagas lo que hagas, alguien se ve afectado, y si te importa más eso que otras cosas que realmente deberían ser más importantes (que mal me explico, oiga), tienes un problema. Te cuento que yo acepté que era lesbiana como a los 28 o 29 años, y empecé a salir del armario a los 30; no lo había hecho antes porque me hacía sentir muy culpable el daño que infringiría a mi familia. Por otra parte, desde adolescente, me comia los dedos hasta hacerme sangre, se me infectaban, tenia un problemón con eso, pero no sabía que estaba relacionado, nunca fui al psicólogo. Cual no es mi sorpresa cuando me doy cuenta de que he dejado de morderlos, sin darme cuenta siquiera, desde que mis padres permitieron que mi novia fuese a comer a casa. PD: esta es una buena entrada para mi propio blog :)

Wen dijo...

Javier, por poderse se puede, yo me he pasado 29 años y sigo viva, aunque un poco perjudicada sí que estoy, para qué mentir :) Sano lo que se dice no es.

Pérfida, yo diría que al final todo es cuestión de voluntad, que es justo la que suspendo siempre! En este caso lo que también va bien es darse cuenta, a veces con eso basta y luego es mucho más fácil todo. Muchas gracias por tu visita y tu comentario :D

Pepa, en ese caso tuyo de salir del armario lo que hay detrás es una sociedad enferma incapaz de aceptar la realidad.... porque sentirse culpable por eso es de traca... Me ha alegrado mucho el final y saber que estás más relajadita y tranquila :) Muchas gracias por la visita y por el comentario :)

Irreverens dijo...

Yo el otro día dejé un mega comentario explicándome mejor... jo...
:(

Bueno, decía que obviamente no son lo mismo. Pero sí son dos perspectivas posibles para enfocar un mismo tema. Y que yo prefería basar mis emociones en la responsabilidad antes que en la culpabilidad.

Algo así. Es que ahora me da pereza escribir tanto.
:)

 
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